El dulce pasado del Ají de gallina
Uno de los platos más populares de nuestra gastronomía criolla, que fusiona ingredientes andinos y españoles, es el ají de gallina, que además carga con un pasado dulce, con antecedentes semejantes al origen del manjar blanco.
Según el investigador español, Juan Cruz. En el siglo XVI llega el manjar blanco proveniente de España. La describe como: “una comida de cuchara que se tenía como delicadeza del paladar. Se presentaba como una crema espesa compuesta de pechuga de gallina, arroz, almendras y azúcar de unos ingredientes de origen árabe e ibérico”
Se dice que años después en España la gallina se elimina del manjar blanco para ofrecerse en días de abstinencia como degustación. Sin embargo, a nuestro país llegaron ambas versiones: el manjar blanco con pechuga de gallina, azúcar y espesado con harina de arroz, y el manjar blanco solo con azúcar y harina. Es así que el segundo se queda sabiamente en la dulcería y el otro se fusiona con nuestro seductor ají amarillo.
Y desde 1839 hasta la fecha el ají de gallina no sufrió más cambios, solo la incorporación del huevo sancochado y de queso parmesano, infaltable en cualquier menú criollo. Aunque aún parece difícil creer, el manjar blanco fue el padre de nuestro ají de gallina.
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Fuente: El Comercio
